viernes, 5 de enero de 2007

Entrecruzar arte y psicoanálisis, Objetivos de AIAP

Los caminos que propone AIAP como institución que convoca a estos dos saberes
por Irene Accarini

Todo cruce de caminos puede pesar para el caminante tanto como una encrucijada como un punto de encuentro.La tarea que proponemos no será entonces una vía directa y fácil que de un punto de partida arribe sin más a su destino. Por el contrario proponemos un tejido que para cada cuál será su encrucijada o su encuentro entre lo más íntimo de sí y lo íntimo de otro en su intento de vestirlo de proximidad.Si bien no pensamos el desencuentro como una fatalidad sino como un momento crucial que habla de una ley de repeticiones hacia el malestar perceptible tanto en desencuentros personales como culturales, de todos modos, nos trazamos una orientación.Es la experiencia del vacío en el modo de hacer propio del arte y del psicoanálisis la que orienta el encuentro posible.En psicoanálisis el vacío es lo que pulsa en cada sujeto como lugar de lo ya perdido y nunca recobrable como tal, la primera experiencia de satisfacción según S. Freud, la Cosa para J. Lacan.En el arte podernos decir, el vacío es la piedra de toque que funda la organización de la mancha, de la escena, de la coreografía, de la escritura.Ese encuentro orientado por el vacío de las dos disciplinas en tanto posibilidad no es sin el azar. El azar entendido como aquello opuesto a la ley de determinaciones, de lo programable, impulsa experiencias particulares. Cuántas veces algún día no hemos sido atraídos por tal camino que se abrió nuevo ante nuestros ojos, por tal objeto en el que no habíamos reparado dentro del movimiento cotidiano, por tal frase que llegó de forma imprevista a nuestros oídos, por algún desvío oportunista que nos condujo a algún lugar no calculado y así, etcétera, etcétera.Nuestra Institución, Aiap pretende así librar un espacio a este encuentro y se propone como anfitriona del entrecruzamiento posible.Para ello, no toma forma de escuela, no propulsa un saber académico, no otorga títulos ni en psicoanálisis ni en arte. Sí promueve quehaceres desde un conjunto de vocaciones con un interés en lo particular de lo múltiple desde el modo de hacer propio de cada disciplina. Un modo discursivo para el saber y la práctica del psicoanálisis y un modo productor de objetos para el arte.Sabemos que hubo confusiones históricas alrededor de este encuentro tanto de la orilla del psicoanálisis, con sus intentos de interpretar al arte, como de la del arte, en sus intenciones de producir obras desde un supuesto automatismo del inconsciente.Podemos entender estos intentos quizás como el cortejo de dos enamorados, como figuras, pavoneos de un deslumbramiento inicial.En AIAP queremos eludir esta serie, ya que no es la fascinación la que nos empuja sino el estudio y el hacer decididos.Por tanto si no es la serialidad serán los acontecimientos lo deseado.Entendemos que el inconsciente es lenguaje y objeto con lo cual no es un automatismo (hay olvido y hay huellas, rasgos inscriptos y una actividad pulsional que da sus vueltas alrededor de un objeto de satisfacción propio de cada uno), se constituye por sobre todo en un discurso. Por ello en la producción de objetos valiosos como los artísticos no es el inconsciente mismo que está allí.Así separamos a las formas del arte de las formaciones del inconsciente, lugar que sí tienen los síntomas.Una autora, Estrella de Diego roza esta confusión cuando diferencia patología psíquica de lo que ella denomina "patología artística" en alusión a la dificultad o no del artista para encontrar su propio sujeto artístico ubicando como ejemplos a Pollock y Picasso.A pesar de esta desorientación a nadie se le ocurriría solucionar clínicamente al arte.Continuar en el sesgo de entrecruzar arte y psicoanálisis nos abre entonces la puerta a los problemas actuales de ambas disciplinas.La misma atutora citada anteriormente se pregunta "¿Y si los objetos siguieran siendo idénticos a sí mismos y fuéramos nosotros los que ya no somos como antes?'. Mientras que en contrapartida otro autor, Héctor Obalk postula su hipótesis "Ce sont les pommes qui ont changé" aseverando que ni la pintura ha muerto ni el arte ha progresado sino que los objetos han cambiado.Por otra parte, Hans Beltig encuentra que en el arte reciente son los artistas mismos quienes fabrican una historia del arte fuera del discurso ordenado cronológicamente y de las clasificaciones del historiador del arte arrancando así a éste su objeto de estudio.Estas breves citas, que indican un problema interesantísimo al psicoanálisis, denotan el esfuerzo por situar el desplazamiento de la subjetividad y del objeto en esta época de deconstrucción de los significados, donde el lazo de conocimiento que unía a sujeto y objeto se ha quebrado.Para el psicoanálisis también constituye su problema su ubicación de la subjetividad ante los excesos del objeto en el mundo actual con la consecuente separación entre existencia y esencia como nos advierte Eric Laurent planteando este psicoanalista el problema de como sostener en ello la continuidad de las estructuras clínicas bajo el modo de irrupción de nuevos síntomas, que hace deslizar al sujeto por fuera de las esencias sostenido ahora de una realidad per se.Por consiguiente, vemos que también los psicoanalistas en su práctica se debaten con las clasificaciones.Situarnos ante estos problemas implica despertar a formas posibles de resoluciones.El encuentro de psicoanálisis y arte en AIAP pretende ser una de estas formas posibles sin tener por ello la pretensión de un encuentro feliz, más bien la inclinación a un encuentro de deseos.
Bibliografía:
  • Eric Laurent. Psicoanálisis y salud mental, ed. Tres Haches, 2000
  • Estrella de Diego. Tristísimo Warhol, ed. Siruela, 1999
  • Héctor Obalk. L'eau, revue d'art. Nros. 1‑2‑3, 25 sept. 2000. Ecole Nationale Supérieure des Beaux-arts, France.
  • Hans Belting. L'histoire de l'art est‑elle finie? ed.J.Charnbon, 1989

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